América Latina, a pesar de ser una de las regiones con menor contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, enfrenta una alta vulnerabilidad a los desastres naturales. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres (UNDRR), la región es la segunda más propensa a estos eventos, solo superada por Asia y el Pacífico .
Aumento en la frecuencia de desastres:
Entre 2020 y 2024, América Latina registró 323 desastres naturales, lo que representa un aumento del 23% en comparación con el período 2015-2019 . Estos eventos han tenido un impacto significativo en la población y la economía de la región.
Impacto humano y económico:
En 2024, los desastres naturales afectaron directamente a más de 6 millones de personas y causaron la pérdida de más de 800 vidas. Los daños económicos directos e indirectos ascendieron a 10.210 millones de dólares .
Diversidad de fenómenos por subregión:
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México, Centroamérica y el Caribe: predominan huracanes, tormentas tropicales e inundaciones.
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Sudamérica (Argentina, Brasil, Colombia): son más comunes los incendios forestales, deslizamientos de tierra e inundaciones.
A pesar del aumento en la frecuencia e impacto de los desastres naturales, América Latina y el Caribe invierten menos del 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) en prevención de riesgos, según la UNDRR . Esta baja inversión limita la capacidad de la región para reducir la exposición y vulnerabilidad a estos eventos.
La creciente frecuencia e intensidad de los desastres naturales en América Latina subraya la necesidad urgente de fortalecer las políticas de prevención y resiliencia. La falta de inversión en estas áreas pone en riesgo el desarrollo sostenible y la seguridad de millones de personas en la región. Es esencial que los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil trabajen juntos para implementar estrategias efectivas que mitiguen los riesgos y protejan a las comunidades vulnerables.
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